SEMBLANZA CURRICULAR

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Nació en Cuerámaro, Guanajuato. Es DOCTOR EN ARQUITECTURA (2009), Maestro en Arquitectura (2000) y Arquitecto (1976), por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; profesor de asignatura en Posgrado en Arquitectura (FA UNAM), coordinador y ponente de diplomados en la DECAD FA UNAM, profesor titular en la Universidad Marista campus Ciudad de México, profesor invitado de posgrado por la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), conferencista, aficionado a la pintura, la música, la historia y la literatura; viajero empedernido, autor de la monografía histórica "Cuerámaro... desde los muros de una hacienda" publicada en la edición especial de la Colección Bicentenario (2010), Gobierno del Estado de Guanajuato. Socio activo de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y fundador y presidente de la SMGE Correspondiente en el Bajío de Guanajuato. Actualmente es Director de Integración de Planeación, Proyectos y Presupuesto, de la Dirección General de Obras y Conservación de la UNAM.

lunes, 23 de julio de 2012

ALGO SOBRE CUERÁMARO: EL SESQUICENTENARIO

El siguiente artículo fue publicado en el periódico Correo, de Guanajuato, el 12 de noviembre de 2009. Fue el segundo de la serie.

Cuerámaro de principios del siglo XX

SESQUICENTENARIO CUERAMARENSE

 Cuerámaro nació a la vida urbana hace 150 años, en la pequeña congregación fundada por el licenciad Agapito de Anda, en 1859, en lo que fuera la hacienda de Cuerámaro.

Durante más de 300 años, la hacienda de Cuerámaro fue pasando a manos de distintos dueños, por sucesión, por venta o por ejecución de remate para cubrir deudas de sus propietarios. Los penúltimos dueños de la hacienda fueron los Clérigos Regulares Ministros de los Agonizantes de San Camilo de Lelis, quienes la adquirieron en 1762, después de un largo juicio de remate por la sucesión de don Pedro Clavería, Regidor del Cabildo de la ciudad de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato.

Casi cien años conservaron los camilos la propiedad de la hacienda de Cuerámaro, hasta que los acontecimientos políticos y la Ley Lerdo obligaron su desamortización. En tales circunstancias, los padres camilos la vendieron por 310 mil pesos al licenciado don Agapito de Anda, en 1858.

Hasta ahora se ha considerado a Francisco Venegas como fundador del Cuerámaro moderno. Sin embargo, por hechos documentados fehacientemente en fuentes primarias, se puede probar que fue el licenciado AGAPITO DE ANDA quien fundó la congregación de Cuerámaro, a través del fraccionamiento de la hacienda.

El mismo Agapito de Anda, en una carta localizada en el legajo 734 del Ramo de Bienes Nacionales del Archivo General de la Nación, dirigida al gobierno de don Benito Juárez, dice lo siguiente:

Firma del Lic. A. de Anda, en el documento mencionado.
…yo había concebido una idea más noble, más grandiosa, más filosófica y de asombrosos resultados para la riqueza pública, para los aumentos del erario, para el adelanto de la agricultura y para el alivio de la clase más menesterosa que existe en el campo sujeta a una condición que dista poco de la servidumbre: la de dividir la finca siglos atrás monopolizada, en fracciones de todos tamaños y precios, de manera que los hombres trabajadores e industriosos y hasta los proletarios mismos pudiesen entrar en la esfera de propietarios. […] Para dar a este proyecto el debido impulso, procuré establecer y se ha establecido en efecto una pequeña colonia o pueblo en que se han avecindado multitud de personas, principalmente compradores de fracciones y todos los antiguos sirvientes y jornaleros de la hacienda, que con apego a la propiedad que han adquirido no dudo adquieran también las virtudes sociales que son consiguientes.

Además del anterior, existe en el Archivo Histórico de Notarías del Distrito Federal un documento inédito, fechado el 24 de febrero de 1859 (acta 87101, folio 1120 de la notaria de Pablo Sánchez), con el cual la comunidad de camilos otorga a Agapito de Anda poder para firmar la venta de tierras que éste hiciera en la hacienda de Cuerámaro, en tanto se formalizaba la escritura de la hacienda por la operación mencionada.

Ante tales evidencias, es tiempo de reconocer la verdad; es hora de corregir errores históricos, aunque hay quien se opone a ello, por necedad o ignorancia.

[Publicado el 12 de noviembre de 2009, en el periódico Correo, Editoriales, Guanajuato, bajo el título de “Sesquicentenario cueramarense”. Autor: Horacio Olmedo Canchola © 2009]

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